lunes, 6 de octubre de 2008

CÓMO LOGRAR UNA AUTORIDAD POSITIVA



La autoridad a la hora de educar a los hijos es básica, pero es importante no confundir autoridad con autoritarismo. Es necesario que el niñ@ tenga unos límites claros que le indiquen lo que está bien de lo que está mal.
A continuación se describen una serie de actuaciones que deberían evitarse y que nos pueden hacer reflexionar para ayudar a crecer a nuestros hij@s:
-La permisividad. Los niños necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices.
-Ceder después de decir no. Una vez que se ha decidido actuar, la primera regla de oro a respetar es la del “no”. Cuando vayáis a decir “no” a vuestros hij@s pensároslos bien antes de dar marcha atrás.
-El autoritarismo. Es tan negativo como la excesiva permisividad, intentar que el niñ@ haga todo lo que los padres quieren, evitando que formen su propia personalidad.
-Falta de coherencia. Las reacciones del padre y/o madre han de ser siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Del mismo modo es fundamental la coherencia entre el padre y la madre.


-Gritar y perder lo estribos. Supone un abuso de la fuerza que conlleva a un deterioro de la autoestima para el niño. Además puede llegar a acostumbrarse y cada vez hará menos caso a los gritos.
-No cumplir las promesas ni las posibles consecuencias negativas de una conducta incorrecta. Las promesas y posible retirada de refuerzos positivos deben ser realistas, es decir, fáciles de aplicar para su cumplimiento.
-No negociar. Implica rigidez e inflexibilidad.
-No escuchar. Muchos padres se quejan de que sus hij@s no les escuchan, hay que pararse a escuchar aquellas cosas que nos cuentan nuestros hij@s.
Una vez mencionados los aspectos que deberían evitarse, se enuncian las actuaciones concretas y positivas que ayudarán a tener una autoridad positiva ante los hij@s:
-Tener unos objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos. Estos objetivos deben ser compartidos por ambos padres, de tal manera que los dos se sientan comprometidos con el fin que persiguen.
-Enseñar con claridad cosas concretas. Al niño no le vale decir “sé bueno”, “pórtate bien”, estas instrucciones generales no le dicen nada, hay que darle con cariño instrucciones concretas.


-Dar tiempo de aprendizaje. Una vez hemos dado las instrucciones sobre cómo hacer una cosa de manera clara y concreta, las primeras veces que se ponen en práctica, el niñ@ necesita atención y apoyo y si es necesario mediante ayudas verbales y físicas.
-Valorar siempre sus esfuerzos y sus intentos por mejorar.
-Actuar como modelos para los niños. Un padre/madre no puede pedir a su hij@ que haga la cama si él/ella no la hace nunca.
-Confiar en los hij@s. La autoridad positiva supone que el niñ@ tenga confianza en los padres.
-Actuar y huir de los discursos. Una vez que el niñ@ ya sabe lo que ha de hacer, y no lo hace, hay que actuar consecuentemente.
-Reconocer los propios errores. Da seguridad y tranquilidad al niñ@ y anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar, porque del error puede haber un aprendizaje.
Todas estas recomendaciones pueden ser muy válidas para lograr una autoridad positiva, sin olvidar dos pilares fundamentales en cualquier relación humana e imprescindible en la relación con los hij@s: amor y sentido común.